sábado, 27 de septiembre de 2014
miércoles, 24 de septiembre de 2014
CULTURA DE LA POBREZA DE OSCAR LEWIS CAPITULO 5.
CULTURA DE LA POBREZA,capitulo 5 y último.
AUTOR OSCAR LEWIS. USA
Es importante distinguir diferentes rasgos de la cultura de la pobreza que dependen del contexto nacional. Si a la cultura de la pobreza, la observamos primeramente en términos del factor de integracion de la gran sociedad y en sentido de identificación con la mejor tradición revolucionaria, entonces no nos sorprenderá el hecho de que algunos habitantes de los barrios bajos con un bajísimo nivel de ingreso se hayan alejado mas de las características centrales de la cultura de la pobreza que otros con un mayor nivel económico. Por ejemplo, Puerto Rico tiene una mucho mejor distribución del ingreso nacional que México y sin embargo, los mexicanos tienen un mas profundo sentimiento de identidad. En México, pese a todo, incluso los mas pobres habitantes de tugurios poseen una visión mas rica del pasado y una mayor identificación demostradas, que los puertorriqueños frente a sus tradiciones. En ambos países practiqué una encuesta con los nombres de las figuras nacionales entre los habitantes de los barrios bajos urbanos. En la ciudad de México un altísimo porcentaje de los interrogados, incluyendo aquellos con escaza o nula formación escolar, sabían sobre Cuauhtémoc, Hidalgo, Morelos, Juarez, Díaz, Zapata, Carranza y Cárdenas. En San Juan los interrogados mostraron una ignorancia abismal sobre figuras históricas puertorriqueñas . Los nombre de Ramón Power, José de Diego, Baldorioty de Castro, Ramón Betances, Nemesio Canales, llorens Torres, no les significaban nada. Para el puertorriqueño pobre quje vive en los barrios bajos la historia empieza y termina con Muñoz Rivera, su hijo Muños Marín y doña Felisa Rincón.
He citado el fatalismo y un bajo nivel de aspiraciones como uno de los rasgos clave de la subcultura de la pobreza. Aquí también, sin embargo, el contexto nacional significaba muchísimo. Ciertamente, las aspiraciones de incluso el mas pobre de la población en un país como los Estados Unidos con su ideología tradicional de movilidad ascendente y democracia son mucho mas altas que en países retrasados como Ecuador y Perú donde tanto la ideología y las posibilidades reales de movilidad ascendente se ven limitadas al extremo y donde los valores autoritarios todavía persisten en los medios urbanos y rurales.
Gracias a la tecnología avanzada, el alto nivel cultural, el desarrollo de la masa media y el relativamente alto nivel de aspiraciones de todos los sectores de la población especialmente cuando se le compara con naciones subdesarrolladas, en Estados Unidos la cultura de la pobreza es un fenómeno relativamente escaso aunque todavía hay muchísima pobreza (las estadísticas sitúan el número de pobres entre 30 a 50 millones de seres humanos). Mi calculo aproximado es que solo el 20 % de la población norteamericana situada por debajo de la línea de la pobreza (entre 6 y 10 millones de personas) ofrece características que llevan a clasificar su modo de vida como perteneciente a la cultura de la pobreza. Quizás el mayor sector dentro de este grupo consistiría en negros, mexicanos, puertorriqueños e indios norteamericanos de bajísimos ingresos y los poor whites sureños. El relativamente pequeño número de norteamericanos que poseen una cultura de la pobreza es un factor positivo porque es muchísimo mas dificil eliminar la cultura de la pobreza que eliminar la pobreza en sí.
La gente de la clase media, y esto ciertamente incluye a la mayoría de los científicos sociales, tiende a concentrarse en los aspectos negativos de la cultura de la pobreza. Tienden a unir valencias negativas a rasgos tales como la orientación presente-tiempo y la orientación abstracta contra la orientación concreta. No intento idealizar o volver romantica la cultura de la pobreza. Alguien dijo: "es mas fácil ensalzar la pobreza que vivir en ella"; y sin embargo algunos de los aspectos positivos que pueden derivarse de estos rasgos no deben ser menospreciados. Vivir en el presente desarrolla una capacidad para la espontaneidad, para el gozo de lo sensual, la indulgencia del impulso que con frecuencia desaparece en el hombre de la clase media, orientado hacia el futuro.
Quizá sea esta realidad del momento la que los escritores existencialistas tratan desesperadamente de recapturar y que la cultura de la pobreza experimenta como fenómeno cotidiano y natural. El uso frecuente de la violencia ciertamente provee una salida rápida para la hostilidad, por lo que la gente en la cultura de la pobreza sufre menos que la clase media por causa de la represión.
Desde el punto de vista tradicional los antropólogos han declarado que la cultura provee a los seres humanos con un estilo de vida, con un esquema rápido de soluciones para los problemas humanos de modo que los individuos no tengan que empezar desde el principio en cada generación. Es decir, la esencia de la cultura es su función positiva de adaptación. Yo también he llamado la atención hacia algunos de los mecanismos de adaptación en la cultura de la pobreza, por ejemplo, el bajo nivel de aspiraciones que ayuda a reducir la frustración, la legitimización del hedonismo de corto alcance, hace posible la espontaneidad y la diversión. Sin embargo, considerada como un todo es una cultura débil, relativamente superficial. Hay muchísimo pathos, sufrimiento y vacío entre quienes viven la cultura de la pobreza. No proporciona ayuda o satisfacción considerables y al alentar la desconfianza tiende a magnificar la indefensión y el aislamiento. En verdad, la pobreza de la cultura es uno de los aspectos cruciales de la cultura de la pobreza.
El concepto de la cultura de la pobreza permite un alto nivel de generalización que, esperemos, unificará y explicará un número de fenómenos que han sido vistos como características distintivas de grupos racionales, nacionales o regionales. Por ejemplo, la matrifocalidad, un alto índice de matrimonios consensuales y un alto porcentaje de hogares dirigidos por mujeres, que se pensaba rasgos distintivos de la organización familiar del Caribe o de la vida familiar del negro americano, resultaron ser características de la cultura de la pobreza, y se encuentran entre diversos pueblos de muchos lugares de la tierra y entre pueblos que carecían de un pasado esclavista.
El concepto de una subcultura de la pobreza nos permite ver que gran parte de los problemas que pensamos como específicamente nuestros o de los grupos negros (o de cualquier grupo racial étnico muy característico), también existen en países que no tienen grupos étnicos minoritarios. También indica que la eliminación de la pobreza física no es suficiente para eliminar la cultura de la pobreza - que es un estilo de vida.
Cual es el futuro de la cultura de la pobreza? Al considerar este aspecto uno debe distinguir entre aquellos países donde representa a un sector de la población relativamente pequeño y aquellos donde constituye un sector minoritario. Obviamente, las soluciones diferirán. En los Estados Unidos, la gran solución ofrecida por los planificadores y trabajadores sociales al enfrentarse con las familias de múltiples problemas y con los grupos mas pobres, ha sido el lentísimo intento de elevar su nivel de vida e incorporarlos a la clase media. ofrecida por los planificadores y trabajadores sociales al enfrentarse con las familias de múltiples problemas y con los grupos mas pobres. Cuando ha sido posible, ha habido alguna confianza en el tratamiento siquiátrico.
En los países subdesarrollados, donde grandes masas viven en la cultura de la pobreza no es practica una solución de trabajadores sociales. A causa de la magnitud del problema, los siquiátras apenas pueden empezar a entenderlo. Estan demasiado ocupados por su propia y creciente clase media. En estos países la gente con una cultura de la pobreza puede buscar una solución mas revolucionaria. Al hacer cambios estructurales, básicos en la sociedad, al redistribuir la riqueza, al organizar a los pobres y darles un <sense of belonging>, un sentido del poder y del mando, las revoluciones triunfan con frecuencia al abolir algunas de las características básicas de la cultura de la pobreza, aunque no triunfan en el intento de abolir la pobreza misma.
Fin de este artículo del antropólogo americano Oscar Lewis, publicado en la revista cubana - despues prohibida por Raúl Castro, Pensamiento Crítico. La Habana, Cuba, publicado en Cuba el 7 de agosto de 1 967. Pensamiento Crítico. J 556, Vedado, Habana. Director Fernando Martinez. Páginas 52 a 65.
Nota: este ejemplar fue comprado por el autor del blog, en La Habana, personalmente, a un buhonero vendedor de libros porque esta revista había sido prohibida por Raul Castro. Fue pagada en dólares americanos, lo mismo que mi viaje y demás gastos.
Agradezco al lector leer este trabajo, muy interesante, y relacionarlo con la situación actual de Cuba, país invasor de Venezuela hace 15 años. Lea en este mismo blog: Cubachavismo Comunistoide y Venezuela y Ucrania, donde explico el motivo por el cual Cuba invadió Venezuela, con la planificación y convenio con Hugo Chavez y los cuerpos de poder en Venezuela. Chavez no es el único responsable. Lo mas triste de esto es que el pueblo de Venezuela fue engañado y muchos de ellos creen que en Venezuela ha habido una revolución y un cambio beneficioso para los pobres. En Venezuela ha ocurrido la gran estafa del siglo XXI.
martes, 23 de septiembre de 2014
CULTURA DE LA POBREZA DE OSCAR LEWIS CAPITUL 4
LA CULTURA DE LA POBREZA
Capitulo 4.
Autor: Oscar Lewis.
Hay segmentos muy pobres de la población que no poseen el estilo de vida que se podría describir como una subcultura de la pobreza.
Aquí me gustaría dar tres ejemplos:
Muchos de los pueblos primitivos o anteriores al alfabeto que han estudiado los antropólogos, padecen una pobreza horrible, producto de una pobre tecnología y los pobres recursos naturales, o ambas cosas, pero no poseen los signos de una subcultura de la pobreza. en verdad, no constituyen una subcultura porque sus sociedades no estan altamente estratificadas.A pesar de su pobreza poseen una cultura relativamente integrada, satisfecha y autosuficiente. Incluso las mas simples tribus cazadoras y recolectoras de frutos, tienen un grado considerable de organización, bandas y jefes de bandas, consejos tribales y autogobierno local, signos que no se encuentran en la cultura de la pobreza.
En India, los miembros de las castas bajas (los Chamanes, los curtidores de piel y los Bhangis) pueden ser desesperadamente tristes tanto en los villorios como en las ciudades, pero en su mayoría estan integrados en la gran sociedad y pertenecen a sus propias organizaciones <panchayat> que trascienden las lineas loccales y les otorgan un grado considerable de poder. (3). Aunado al sistema de castas que le otorga al individuo un sentido de identidad y permanencia (a sense of belonging), existe otro factor, el sistema de clanes. Siempre que se producen sistemas unilaterales de parentesco o clanes, uno no puede esperar encontrarse con la cultura de la pobreza porque un sistema de clanes le proporciona a la gente un sentido de pertenencia a un cuerpo social que tiene una historia y una vida propia y que por tanto nos provee con un sentido de continuidad, un sentido de un pasado y un futuro.
Los judíos de Europa Oriente eran muy pobres pero no mostraban muchos de los rasgos de la cultura de la pobreza gracias a su tradición literaria, el gran valor que le concedían a la enseñanza, la organización de la comunidad en torno al rabino, la proliferación de asociaciones voluntarias locales y su religión que les refería a su condición de pueblo elegido.
Mi cuarto ejemplo es especulativo y se refiere al socialismo. Sobre la base de mi limitada experiencia en un país socialista -Cuba- y de mis lecturas, me siento inclinado a creer que la cultura de la pobreza no existe en los países socialistas. Fuí por primera vez a Cuba en 1 947 como profesor visitante por cuenta del Departamento de Estado. En esa época inicié un estudio sobre una plantación azucarera en el Sur y un barrio pobre de La Habana. Despues de la revolución castrista hice mi segundo viaje a Cuba como corresponsal de una gran revista y volví a visitar el mismo barrio y algunas de las mismas familias. El aspecto físico del barrio había cambiado muy poco, excepto por un nuevo y hermoso kindergarten. Era evidente que la gente continuaba sumida en la pobreza, pero encontré ya muy disminuído el sentimiento de apatía, desesperación y desesperanza que son el diagnostico de los barrios urbanos en la cultura de la pobreza. Manifestaban una gran confianza en sus líderes y aguardaban una mejor vida futura. El barrio mismo estaba ahora muy organizado, con comités de cuadra, comités educacionales y comités de partido. El pueblo tenía ahora un nuevo sentido de su poder e importancia. Estaban armados y se les había entregado una doctrina que glorificaba las clases humildes como la esperanza de la humanidad. (Un oficial cubano me informó que practicamente habían eliminado la delincuencia al darle armas a los delincuentes). Creo que, a diferencia de los sustentado por Marx y Engels, el régimen de Castro no califica así al llamado lumpenproletariat como una fuerza intrínsicamente reaccionaria y antirrevolucionaria, sino que mas bien advirtió y ha querido utilizar su potencialidadd revolucionaria. En este sentido Franz Fanon hace un juicio similar del lumpenproletariado de acuerdo a su esperiencia argelina, por su independencia. En su libro Los condenados de la tierra, Fanon afirma:
< Es dentro de esa masa humana, ese pueblo de los barrios bajos, en el corazón del lumpenproletariat, donde la rebeldía hallará su vanguardia. Porque el lumpenproletariat, esa horda de hombres hambrientos, desenraizada de su tribu y de su clan, constituye para un pueblo colonizado una de sus fuerzas revolucionarias mas espontáneas y mas radicales>
Mis propios estudios de los pobres urbanos en los barrios de San Juan de Puerto Rico no apoyan las generalizaciones de Fanon. He encontrado muy poco espíritu revolucionario o ideología radical entre los puertorriqueños de bajo nivel de ingresos. Por lo contrario, la mayoría de las que estudié eran bastante conservadoras en lo político y por lo menos la mitad apoyaba al partido Republicano por la integración como Estado de la Unión Americana. Creo que la potencialidad revolucionaria de la gente con una cultura de la pobreza variaría en forma considerable de acuerdo con el contexto nacional y las circunstancias históricas particulares. En un país como Argelia que luchaba por su independencia, el lumpenproletariado se incorporó a la lucha y se convirtió en una fuerza vital. Sin embargo, en países como Puerto Rico, donde el movimiento en favor de la independencia tiene muy poco apoyo, y en países como México, que hace mucho alcanzaron su independencia y viven ahora un período postrevolucionario, el lumpenproletariat no es una fuerza conductora de rebelión o de espíritu. En efecto, en las sociedades primitivas, y en las sociedades de casta, la cultura de la pobreza no se desarrolla. En las sociedades fascistas y socialistas, y en sociedades capitalistas altamente desarrolladas con una situación próspera, la cultura de la pobreza tiende a extinguirse. Sospecho que la cultura de la pobreza florece en, y es consustancial a, el estadío primitivo de la libre empresa en el capitalismo y asimismo, también es fenómeno endémico del colonialismo.
to be continued...
(3) Puede ser que en los barrios bajos de Calcuta y Bombay se desarrolle una incipiente cultura de la pobreza. Sería un excelente campo de trabajo antropológico.
Nota del autor del blog: artículo tomado de la revista cubana Pensamiento Crítico. La Habana, Cuba, Autor el antropólogo americano Oscar Lewis.
Escrito por Carlos E. Mijares en San Bernardino, Caracas, el 23 de septiembre de 2014. A los 15 años de la invasión de Venezuela por Cuba.
lunes, 22 de septiembre de 2014
CULTURA DE LA POBREZA DE OSCAR LEWIS. CAPITULO 3.
CULTURA DE LA POBREZA, CAPITULO 3
AUTOR: OSCAR LEWIS
La gente dentro de la cultura de la pobreza está consciente de los valores de la clase media, habla sobre ellos y en ocasiones los ve como suyos; pero en conjunto, no vive en función de ellos.Por eso importa distinguir entre lo que dicen y lo que hacen. Por ejemplo, muchos de ellos afirmarán que el casamiento legal, por la iglesia o ambos, es la forma ideal del matrimonio; pero pocos, entre ellos, se casarán.
Para hombres que no tienen trabajo seguro o alguna otra forma de ingreso, que no poseen propiedades y que no tienen dinero que legarle a sus hijos, que viven para el presente y que desean evitar las onerosas dificultades legales que trae consigo el matrimonio y el divorcio formales, las uniones libres o el matrimonio consensual tienen mucho sentido.
Las mujeres rechazarán con frecuencia ofertas de matrimonio porque sienten que se atarían con hombres inmaduros, castigadores y en general poco confiables. Las mujeres sienten que la unión consensual les permite un mejor rompimiento; les otorga algo de la libertad y flexibilidad de que el hombre goza. Al no darles a los padres de sus hijos el habilitamiento legal como esposos, las mujeres tienen un mayor derecho sobre los hijos, si no deciden abandonar a sus hombres. También otorga a las mujeres derechos exclusivos sobre una cosa o cualquier otra propiedad que puedan poseer.
Al describir la cultura de la pobreza en el nivel de las comunidades locales, encontramos exiguas condiciones habitacionales, gregarismo, apiñamiento, pero sobre todo, un mínimo de organización mas allá del nivel de la familia nuclear y extendida. Ocasionalmente hay informales agrupaciones temporales o asociaciones voluntarias en las barriadas. La existencia de pandillas en el vecindario representa un avance considerable, mas allá del punto cero del continum que tengo en mente. En verdad, es el bajo nivel organizativo el que otorga a la cultura de la pobreza sus cualidades anacrónicas y marginales en nuestra sociedad altamente compleja, especializada y organizada.La mayoría de los pueblos primitivos han alcanzado un nivel de organizacion sociocultural mas alto que el de nuestros modernos habitantes de los barrios bajos.
A pesar del bajo nivel general de organización puede haber un sentido comunicativo y un espirit de corps en los barrios bajos urbanos. Esto puede variar, en una sola ciudad, o de región en región, o de país en país.
Los factores que mas influyen en estas variantes son el tamaño del vecindario, su localización y características físicas, el espacio residencial, la frecuencia de hogares y propiedades de tierra (en contra de los derechos usurpados), las rentas, la etnicidad, los lazos familiares o la libertad o falta de libertad de movimiento. Cuando los barrios bajos se ven separados de las áreas circundantes por muros y otras barreras físicas, cuando las rentas son bajas y fijas y hay una gran estabilidad de residencia (veinte o treinta años), cuando la población constituye un grupo linguístico, racial o étnico distinto, es rodeada por lazos de parentesco o compadrazgo , y cuando hay algunas asociaciones voluntarias internas, entonces el sentido de comunidad local se aproxima al de comunidad aldeana. En muchos casos no existen estas combinaciones en condiciones favorables. Pese a todo,cuando la organización interna y el espirit de corps está reducido al mínimo y hay un gran movimiento de gente, se manifiesta un sentido de territorialidad que separa a los vecindarios pobres del resto de la ciudad. En la Ciudad de México y en San Juan de Puerto Rico , este sentido de territorialidad es producto de la incapacidad de conseguir habitación barata fuera de las áreas depauperadas.
En Africa del Sur el sentido de territorialidad surge de la segregación dictada por el gobierno que confina a los inmigrantes rurales a lugares específicos.
En el nivel familiar los rasgos principales de la cultura de la pobreza son la ausencia de niñez como un estado especialmente prolongado y protegido del ciclo vital, iniciación sexual precoz, uniones libres o matrimonios consensuales, un porcentaje relativamente alto de abandono de mujeres y niños, una tendencia hacia las familias unificadas por el matriarcado y, en consecuencia, con mucho mayor conocimiento de los parientes maternos; una fuerte predisposición hacia el autoritarismo; falta de intimidad; énfasis verbal en la solidaridad familiar que rara vez se alcanza debido a la rivalidad y a la competencia por bienes limitados y el afecto materno.
En el nivel individual las características centrales son un fuerte sentimiento de marginalidad, indefensión, dependencia e inferioridad. He encontrado esto entre los habitantes de las zonas pobres en la ciudad de México y San Juan de Puerto Rico, en familias que no constituyen un grupo étnico o racial distinto y que no sufren discriminación racial.En los Estados Unidos, por supuesto, la cultura de la pobreza de lso negros tiene la desventaja adicional de la discriminación racial, pero como ya he indicado, esta desventaja adicional constitudye una gran reserva potencial para la protesta y la organización revolucionaria que parecen inexistentes en los barrios bajos de la ciudad de México o entre los <poor whites> del Sur.
Otros signos distintivos son un gran porcentaje de privación maternal, de oralismo, de endeble estructura del ego, confusión de la identificación sexual, carencia de dominio sobre los impulsos, una fuerte orientación hacia el presente con una relativamente escaza habilidad para ofrecerse a sí mismo compensaciones y planes para el futuro, un sentido de resignación y fatalismo y una elevada tolerancia para cualquier caracterítica sicopatológica.
La gente con una cultura de la pobreza es provinciana, de orientaciones locales y con un ínfimo sentido histórico. Solo conocen sus propios problemas, sus propias condiciones locales, su propio vecindario, su propio estilo de vida. Por lo común, carecen de la sabiduría, la visión o la ideología necesarias para observar las semejanzas entre su problemas y aquellos de sus correpondientes en todo el mundo. Carecen de conciencia de clase, aunque en verdad son muy sensitivos en lo que se refiere a distinciones sociales.
Cuando los pobres adquieren conciencia de clase o se vuelven miembros activos de organizaciones sindicales o cuando adoptan un punto de vista internacionalista sobre el mundo, dejan de pertenecer
a la cultura de la pobreza aunque pueden seguir siendo desesperadadmente pobres. Cualquier movimiento , sea religioso, pacifista o revolucionario, que organice y dé esperanzas a los pobres y que promueva efectivamente la solidaridad y un sentido de identificaciones en grupos grandes, destruye el corazón social y sicológico de la cultura de la pobreza. En este sentido,creo que el movimiento de los derechos civiles de los negros norteamericanos ha hecho mas por incrementar el respeto propio y mejorar la idea que tenían de ellos mismos que los avances económicos, aunque sin duda, los dos aspectos se apoyan mutuamente.
La distinción entre pobreza y cultura de la pobreza es básica en el modelo aqui descrito. Hay grados de pobreza y diferentes especies de gente pobre. La cultura de la pobreza se refiere a un solo estilo de vida compartido por gente pobre en contextos hitóricos y sociales específicos. Los rasgos económicos que he enlistado para la cultura de la pobreza, son necesarios pero no suficientes para definir el fenómeno que deseo describir. Hay un número de ejemplos históricos de segmentos muy pobres de la población que no poseen el estilo de vida que se podría describir como una subcultura de la pobreza. Aquí me gustaría dar tres ejemplos.
to be continued...
Nota del autor del blog: en la proxima entrega, el antropólogo americano Oscar Lewis, explica los ejemplos que el considera fuera de una verdadera subcultura de la pobreza, como el mismo la define. Es cuestión de tiempo para escribir. Muy pronto coninuará este ensayo tan importante, especialmente para los educadores y sociólogos...
Artículo tomado de la revista cubana Pensamiento Crítico de 1 967.ernardino , lunes 22 de sptiembre de 2014. A 15 años de la invasión de Venezuela por Cuba.
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