Blog de curiosidades, inspiraciones y temas en general de Carlos E. Mijares MD. Blog for Odd writings and general themes by Carlos E Mijares MD. Good Luck!
Cuando los dos soldados se encontraron en el rio Elba
(Alemania, Segunda Guerra Mundial), se dieron un apretón de manos y el
soviético, nadando y temblando en el afan de la lucha, reconoció a
aquellos marines que acababan de aterrizar en Normandía.(Dia D).
Ambos jovenes se graduaron en sus respectivas universidades y
tuvieron la oportunidad de reencontrarse, siendo profesionales graduados
y mayores de edad y exitosos en sus países. Quien iba a pensar que
aquel encuentro seria el Icono de las verdaderas posiciones y
estrategias históricas del llamado Segundo Fente. Mientras los soldados
se conocían, los rusos habían coronado ya el Reihgstad alemán con la
bandera de La Hoz y el Martillo. Esa foto fue publicada en la revista
Life y conservo un ejemplar, donde ese famoso fotografo ruso, dirigido
por Boris Polevoi y al mando del general Sukov, escogido por Stalin para
llevar sus tropas hasta Berlín, liberó los judíos que aun vagaban por
allí en el horror de aquel escenario..No es nada nuevo.Lo filmó
Spielberg en la LA LISTA DE SCHINDLER, ganadora de Oscar.
Después de la Parafernalia del Plan Marshall, la recuperación de
Europa, y el largo camino del estío de estaciones y estaciones mientras
se curaban las heridas, se enterraban los muertos y se tragaba entero la
hiel de los millones de muertos mundialmente hablando y Europa quedaba
arrasada, costándole a la URSS mas de 20 millones de muertos y la
historia de la Defensa de Stalingrado, hoy, San Petersburgo. llevada al
cine en una Saga real y reciente.Vea: Batalla de Leningrado.o de
Stalingado, de Columbia.
En los tiempos que describo, San Bernardino de Caracas era una
urbanización comenzando a formarse, donde después se asentaría el
Hospital Centro Médico de Caracas, con una administración de enfermeras
(monjas) y el apoyo de la Creole Petroleum Corporation. La Compañia que
construyó el centro Médico ostenta su placa debajo de la original donde
dice: CENTRO CLINICO CARACAS, 1947.Las fotos están en la Sociedad Médica
del Centro Médico, donde se observa la maqueta cuando se comenzó la
obra, Los fundadores del Centro Médico fueron médicos pioneros que junto
con las necesidades de la Petroleras en Venezuela, supieron
cristalizar y fundar semejante Joya de la excelencia y la Medicina, en
Caracas. Los médicos eran los número uno de Venezuela, aunque ya la
Creole tenía Hospitales propios en Zulia y en Oriente, como El Hospital
de Caripito, donde se hacían Transaminasas en aquella época, Las monjas,
como siempre cumplian aquel sacerdocio como lo han hecho en beneficio
de la administración y de los enfermos
No puedo olvidar a la Sra Baró, la Secretaria de la Junta
directiva dirigida por el insigne maestro Dr. Morales Rocha, gran
cirujano, un verdadero internista famoso en el Hospital Militar y en el
mundo..El doctor Morales Rocha firmó la carta enviada a la Universidad
de Kansas, Departamento de Pediatria, donde se le anunciaba al doctor
Carlos E. Mijares, MD, FAAAI, que había sido aceptado como Alergólogo e
Inmunólogo del Centro Médico de Caracas, fecha diciembre de 1974.
Cuando el.Dr. Mijares llega al Centro Médico, fue muy bien
recibido y apoyado por todos, especialmente por su maestro y profesor Dr
Ricardo Baquero Gonzalez. En Caracas ejercía la clínica de Asma y
Alergias el Dr. Rodriguez Gragirena y los doctores Ortega Tamayo, Perez
Lozano y Benaím Pinto. Es el Dr. Carlos E. Mijares el priemer Alergólogo
e Inmunólogo que ejerce en Venezuela, graduado en La Universidad de
Kansas, enseñado por Frederic Speer,MD y Robert Dockhorn, MD.USA.
.
El hermoso Lazo que engalana de luces el jardín, el hermoso arbol
que piensa y respira sobre la quijada de la inmensa mandíbula del
hospital, amenaza con triturar, morder y engullir la historia de vidas
llegadas y de vidas idas…
No tan lejos de alli, en la Plaza la Estrella, se construyó el
Primer Edificio de la zona, con su acueducto propio, el cual funciona en
el centro del subsuelo, donde se baja caracoleando una escalera en
espiral, portando una linterna de mano y el brío de descender a
semejante profundidad.
La Conserje y madre del niño alérgico que nos condujo al sitio,
anda por España buscando la vida. Ese edificio surtía de agua al futuro
hotel Avila que se construiría cerca de la Sinagoga judía. San
Bernardino creció, respirando el misterio y el sigilo de sus moradores…
Caracas y Venezuela estaban allí, esperando y existiendo. Pasaron
los años, crecieron los niños, se murieron los viejos, ha pasado de
todo, y San Bernardino continúa allí, en un mutismo extraño.
Porqué tal actitud? Han crecido las flores, ha seguido la vida y
ha crecido Caracas, como repartida en ramos de hojas, con una condición
portatil, de palomar o infraestructura loftica, sin rumbo.
Tremenda ciudad, gritaría un iluso que arribó un día y cayendo la
noche, subía por la aujtopista de la Guaira y se encontraba con aquel
juego de luces de la Caracas de los avisos luminosos.
Esa Caracas y esa Venezuela tímida, inocente y campechana
recibiría muchas sorpresas en el devendir de la política y los
acontecimientos. Quien iba a decir que aparecerían y desaparecerían
Pancho Pepe Croquer, César Girón, Aquiles Nazoa o Renny Ottolina? Carlos
Delgado Chalbaud, Hugo Trejo o Simón Diaz?
Podríamos decir que crecería la audiencia, aunque era difícil
pensar que Venezuela tan apretada y empujada hacia el mar Caribe
tendría que resisterse a perder su identidad y su Geografía. Las cosas
no vienen solas, algun hecho o motivo las causa, presionadas por lo que
objetivamente es capaz de dejarse entre líneas.
Que lejos está Venezuela de Ukrania! Un ruso, viniendo de Nueva
York llegó a La Habana y, paseando Boyeros, la Rampa, el Malecón, La
Habana vieja y 23 y el Yara, tuvo tiempo para brindar un Whisky en el
Hotel Habana Hilton (Habana Libre) y enfilar hacia la embajada de la
Unión Soviética, en Miramar. Aquella estructra desafiante y ruda
parecía mas bien una torre de la Alhambra, sino fuera por el calor
atosigante y el ambiente tropical de la isla. Gorbachev no descansó en
el Lobby sino que fue hacia adentro donde le sería preguntada la
pregunta mágica de la hora: y, a nosostros, quien nos mantiene, que será
de nuestras vidas, nuestro vino rosado de Checoslovaquia, los jugos
cítricos de California, los Jets cargado de pollos de Venezuela, los
relojes y demás baratijas made in the USSR, las insignias de Lenin,
donde se encripta con su gorra inglesa y su barbilla esbelta y soez.
Quien esperaba al camarada y cómo haría para contestar aquella pregunta:
quien alimentará a Cuba, si desaparece la Unión Soviética?
No fue tan secncillo como resulta, el fin de la historia fue
proclamado cuando el siglo XX, se despedía. La globalización venía como
un vendaval sin rumbo, buscando agarrarse de donde fuera posible, sin
reparar en las necesidades generales y particulares. Venezuela no había
sido convocada, este país dormía como el resto de América Latina,
mientras Yankees y Cubanos se sacaban los trapos y enarbolaban sus
banderas de democracia y de socialismo. Nosotros eramos ajenos de
verdad, dormíamos ininterrumpidamente…
Pasó el tiempo, cayó el muro de Berlín y todos celebraron la buena nueva. FIN DEL IMPERIO SOVIETICO QUE DURO 70 AÑOS.
Los agentes contratados para resolver el problema del
avituallamiento de Cuba, subieron el cerro del Avila, varias veces.
Respiraron lo que cada venezolano resuella cuando sube la cima del
Avila. Parece una selva encantada, olorosa a mastranto y límpida como el
viento y el agua de sus manantiales. Los americanos de la tarea junto
con otros comensales lo pensaron muy bien y cuando regresaron a sus
países, habían ya decidido que Venezuela ocuparía el lugar de la UNIÓN
SOVIETICA.
Eso explica porqué Hugo Chavez fue homenajeado como Jefe de Estado
en Cuba, sin haberse celebrado las elecciones que lo llevarían a la
presidencia de Venezuela. La gente del Partido en La Habana dijo con
razón: vamos, ahora no nos pasará como cuando Allende.
Lo demás es historia, aviones rusos cargados de pasajeros y
mercancías volaban entre La Habana y Caracas, desde antes de estos
acontecimientos. Alguna vez, se veía un humo saliendo debajo de los
asientos… ante la escena, alguien comentaba, los aviones rusos son así,
nunca se estrellan.
Continuaba la rutina y la gente se aclimató a aquel escenario,
dejando atrás lo que llamaron la cuarta republica e innaugurando los 3
quinquenios del chavismo.El problema soviético nunca fue resuelto, el
problema cubano tampoco, el problema latinoamericano, menos y, mucho
menos el despojo teritorial, político y social de una Venezuela
subdesarrollada e inmensamente rica.
Parecía como si La Dolce Vita con Vittorio Gassman a la cabeza
fuera el Robert de Niro de aquellos días. La vida continuó pasando,
Europa del Este quedó huerfana de Europa y Ukrania mantuvo su postura,
muy pendiente de Yugoslavia, ahora desmembrada en múltiples naciones.por
razones del comunismo del Mariscal Tito. O vayamos a Korea, o vayamos a
Guantánamo y ahora a Venezuela donde los venezolanos todos aborrecen el
Socialismo y el Comunismo. Ese Socialismo siglo XXI fue ideado por el
cientifico mejicano-alemán Hanz Dieterich, vendido a Hugo Chavez a
través de Alí Rodriguez Araque. Cuba, desde Romulo Betancourt,
anticomunista consumado puso en su sitio a Fidel Castro, cuando vino a
traer el comunismo a Venezuela.Después, maniobró hábilmente para
apoderarse de Venezuela porque de EEUU solo se recibirían remesas,
embargo y Ley de Ajuste cubano, desde el Congreso de EE.UU. Remito al
lector a la entrevista de Marco Rubio, Senador republicano, en CNN, y el
Senador Menendez, Demócrata.
Que lejos Ukrania. Que inteligentes los rusos, los europeos y los
americanos. Convendría una Ukrania separada de la UNION SOVIETICA, y una
Venezuela dividida por razones forzadas, haciéndole ver a sus
habitantes que ellos eran ESCUALIDOS Y CHAVISTAS, cuando en realidad
eran los Juan Bimba, de siempre. Juan Bimba se transformó en Juan
Bomba, según escribió una famosa escritora venezolana, recientemente.
Si, el venezolano dejó su país en manos de los comerciantes y se dedicó a
estudiar y a graduarse y a crear universidades, incluyendo Escuelas
Militares públicas y privadas.Pues bien, el Positivismo fue mal
interpretado y mal asimilado, y cuando llegó el momento de avanzar, nos
quedamos en el Gomecismo, con las marcas de los grillos y el
analfabetismo como Sistema.
Eso hizo que cuando se fundara Acción Democrática, el PCV estaba ya
fundado y nadie sabía de comunismo ni había leído los clásicos del
Marxismo.leninismo. La Revolución cubana, hecha según el documento de
los Hermanos Sainz, (leerlo en Pensamiento Crítico, Revista cubana), donde se explica a
fondo porqué había que hacer en Cuba, una Revolución democrática, no
Comunista, con la cual estuvo de acuerdo el pueblo cubano,.se hizo para
los cubanos, no para exportarla. Camilo Cienfuegos, llega a La Habana y
se dirige con Juan Almeida a la Escuela de Arte San Alejandro, señalando
con esa acción el caracter pedagógico y reinvindicativo de esa Gesta
revolucionaria. Hoy Cuba es una patria destruida que sobrevive gracias a
las remesas de EE.UU y a la entrega de Venezuela al régimen cubano por
el CUBACHAVISMO COMUNISTOIDE, como lo escribe Alina Fernandez, hija de Fidel Castro,
desde su exilio dorado en Francia. Qué belleza! Los venezolanos ricos en
petroleo, pasando hambre, miseria y escasez de medicinas, empleo y una
Corrupción inenarrable en tiempos modernos.
Si no fuera por esta historia, los cubanos habrían tenido otro
destino. Su Revolución, hecha para ser una Democracia, fue tergiversada y
nos fue prestada, aprovechando nuestra miseria e ignorancia. Por indios
aceptamos cualquier sesgo y caímos en l;a trampa del Buen salvaje y del Buen revolucionario, como bien lo escribió el insigne periodista
venezolano: Carlos Rangel ,y Hector Mujica. El Partido comunista nunca ha
ganado elecciones en Venezuela y la Constitución actual no incluye el
Socialismo en su texto. La vocación de Paz del venezolano es Democrática y
no acepta amistades como la de Putin, quien dice ser amigo de Hugo
Chavez, de Siria y de Iran y por detrás apoya el asilo de Snowden y
viola los Derechos Humanos a propios y extraños en su país.
Rusia está a favor de conservar Ukrania y los venezolanos
lucharemos por la Democracia y la Libertad de toda nuestra patria,
nuestro territorio, nuestra idiosincracia y nuestro futuro!
Que sabe Lavrov (Canciller ruso), Castro o quien sea, de cómo se
bate el cobre en Venezuela. Es nuestra, materia, es nuestra pelea…Es una
Democracia laica, liberal, basada en los principios de la Gran
Conversación descrita en el Syntopicon de los Great Books of the Western
World, donde Hutchinson y Mortimer Adler, sientan las bases de la
Democracia en las Américas. Es por eso por lo que no podemos ser
Comunistas, porque desde Homero hasta Freud, los Grandes Libros alumbran
el camino de la Democracia en Venezuela y en el mundo.
Escrito por Carlos E. Mijares el 25 de febrero de 2014, en San Bernardino, en el Centro Médico de Caracas.
COMO SE SUICIDA UN PAIS - VENEZUELA Léalo en www.alergiascaracasreader,blogspot.com
The
article written below comes out from a Blogger who is a truly
"Chavista" a Venezuelan o Colombian citizen who believed in Hugo
Chavez´s Socialism Siglo XXI. He explains why the truly chavistas voted
against the Maduro´s Government, but he does not see the
OPPOSITION-GOVERNMENT agreement to prolong the Polls for hours, after
the 6 pm dead-line officially accorded. This trick supported by the
military and carried out by the CNE, (Polls National Agency), allowed to
accomodate the Polls Results as if Maduro lost the National Assembly -
In reality, Maduro lost the whole bunch of votes from his supporters,
but the Opposition already agreed to accept the altered results to give
Maduro half of the pie. Or Am I your Brother´s Keeper?
Please, translate!
lamentarias 2016, fracaso o nocaut al chavismo
CUANDO EL CHAVISMO LE GANA A MADURO Y SU GOBIERNO ¿LA OPOSICIÓN GANO? VOTO SUPER CASTIGO.
Buenos días a mis queridos lectores hoy felicito a los verdaderos
ganadores de las elecciones parlamentarias que no son exactamente los
opositores que no vayan a creerse el cuento que sus seguidores le dieron
la victoria, simplemente me dirijo a los verdaderos revolucionarios
chavistas que le han dado un nocaut al gobierno de maduro y a la
revolución a todos aquellos políticos y funcionarios; Primero a los
corruptos y traidores a nuestras revolución, porque si fue el propio
pueblo chavista que le dice a maduro y sus 400 ladrones que o retoman el
verdadero camino de la revolución chavista o el pueblos los va sacar
por completo del gobierno y así como gritaban a la oposición apatrida de
Venezuela no volverán. este resultado electoral es la suma del todo el
descontento que tienen la sociedad venezolana chavista con las políticas
de gobierno y los funcionarios que las dirigen en las diferentes
entidades estatales y municipales de Venezuela, pues esta revolución
estaba o esta convertida en un festín de corruptos que como lobos
rapaces y aves y animales de carroña van robando y absorbiendo todos los
beneficios que da el estado y este gobierno para si mismo y los suyos,
sin dejar que estos beneficiarios lleguen al pueblo, pues desde los
diputados de la asamblea, ministros, directores, gobernadores, alcaldes,
concejales, y otros funcionarios del gobierno se han dedicado a
quedarse con todos esos beneficios que deberían ir en su mayoría la
pueblo pobre venezolano indistintamente su color políticos y aun mas al
pueblo chavista que tanto los ha respaldo pero no simplemente pongo un
ejemplo: se repartió linea blanca, computadoras, teléfonos, carros y
otras cosas y a donde llegaron, llegaron a las manos de estos
funcionarios y sus directores y sus familia y para el pueblo pobre nada,
bueno tengan la factura ahora, así mismo es el resultado de no poder
ganarle a la guerra económica que la oposición mantiene contra el
pueblo. de igual forma es la factura por mantener en los mercales y
pdvales a la gente en inhumanas colas mientras podían de haber hecho
operativos comunales casa por casa pero no ellos querían mantener y
cansar al pueblo en las colas, con hambre, con lluvia con sol. también
es la factura de mantener en toso los estamentos del estados a gente
corrupta ejemplo tribunales, fiscalizas, y otros. la gente se canso
presidente y esta es su factura. yo se los dije viene el lobo y porque
venia el lobo. aparte les dije como podía evitar que el lobo se los
comiera, pero su torpeza, altivez, arrogancia no le permiten recibir
criticas, y mas hacerse de mejores asesores y recurso humano que los
ayude a gobernar y mantenerse en el poder. los corruptos, mafiosos,
antichavistas, traidores y demas bichos que estan en su gobierno gozando
el festín del estado y dejando por fuera al pueblo, tratándolo,
vejandolo, irrespetandolo, tienen que salir y tienen que entrar nuevos
hombres que hagan el trabajo por el pueblo. es necesario que ponga ala
cabeza de su gobierno a la única reserva moral de Venezuela como lo es
el pueblo evangélicos y otros no evangélicos con una ética y moral
grande que pueda conducir este pis sin caer en el robo y la corrupción
que es el mal que tiene a esta revoluciona por el suelo, porque mientras
los pumalacas o revolucionarios encubiertos o mita opositores se gozan y
gobiernan con usted los verdaderos revolucionarios están pasando hambre
y siendo vejados por esas clase de gente, cuando el pueblo hace una
mega cola para recibir un teléfono y una linea blanca y no se la dan, a
estos corruptos se las entregan en su casa pro favor como no iban a
perder. mientras a estos malandros les llevan la comida por pacas y a
su casa, el pueblo hace mega cola para comprar un pan harina y un pollo,
como no van a perder. cuando los aguinaldos solo les dan para comprar
una sola muda de ropa y sin los zapatos, como no van a perder, cuando
los de sundec y la guardia nacional son los propios corruptos
bachaqueros. Y NO TRIUNFO LA GUERRA ECONOMICA, TRIUNFO LA CORRUPCION, Y
EL DESGOBIERNO CONTRA LA GUERRA ECONOMICA.
Elecciones
vendidas y compradas por Maduro a una Oposición traidora de La Carta de
Jamaica, como los chavistas y el mismo Hugo Chavez.El pueblo pulverizó
la Asamblea, salvada mitad a mitad por la intervención del CNE,
militares, observadores y Cuba.
Alfonzo Rumazo Gonzalez el historiador ecuatoriano menciona el título de este Post, varias veces en su Biografia del Mariscal Antonio José de Sucre. Como Walt Witmann, La Habana era Cuba...
Antonio José Francisco de Sucre y Alcalá, (Cumaná, C. G. de Venezuela, Imperio Español; actual estado Sucre, Venezuela; 3 de febrero de 1795 – Montañas de Berruecos, La Unión; Colombia, 4 de junio de 1830), conocido como El Gran Mariscal de Ayacucho, fue un político, diplomático, estadista y militar venezolano, prócer de la independencia americana, así como presidente de Bolivia, Gobernador del Perú, General en Jefe del Ejército de la Gran Colombia,
Comandante del Ejército del Sur y Gran Mariscal de Ayacucho. Era hijo
de una familia acomodada de tradición militar, siendo su padre coronel
del Ejército Patriota. Es considerado como uno de los militares más
completos entre los próceres de la independencia sudamericana.12345
Perdió a su madre a los siete años de edad. Aún adolescente fue
enviado a Caracas al cuidado de su padrino el arcediano de la catedral,
presbítero Antonio Patricio de Alcalá, para iniciar estudios de
ingeniería militar en la Escuela de José Mires. En 1809, con su hermano
Pedro y otros jóvenes, integró como cadete la compañía de Húsares Nobles
de Fernando VII, en Cumaná, unidad organizada por Juan Manuel de Cajigal y Niño, gobernador de la provincia de Cumaná.
Escudo de armas de la familia Sucre
En 1810, la Junta de Gobierno de Cumaná le confiere el empleo de
subteniente de milicias regladas de infantería. Este grado fue
ratificado por la Junta Suprema de Caracas el 6 de agosto de ese mismo
año. En 1811 desempeña en Margarita el cargo de comandante de
ingenieros. El 31 de julio de ese año recibió el despacho de teniente.
En 1812 se halla en Barcelona, en calidad de comandante de la
artillería. Allí, el 3 de julio del citado año, junto con otros
ciudadanos notables, firmó el acta de la junta de guerra que se reunió
aquel día para resolver lo conducente a la seguridad de la República, a
raíz de los acontecimientos en Caracas (ofensiva de Domingo de Monteverde) y la ocupación de Cúpira por un grupo de partidarios de Fernando VII.
Tras la capitulación del general Francisco de Miranda regresó a Cumaná, donde el nuevo gobernador realista Emeterio Ureña
le extendió pasaporte para que se trasladase a Trinidad; pero no consta
que hiciera uso de dicho documento. En 1813, bajo las órdenes del
general Santiago Mariño, integra el grupo de republicanos conocido como los libertadores de oriente
y participa en las operaciones para la liberación de aquella parte de
Venezuela. Como edecán del general Mariño, en 1814, asiste a la
conjunción de las fuerzas de oriente con las de occidente en los valles
de Aragua. Ese año, su hermano Pedro fue fusilado en La Victoria por los
realistas; y víctimas de José Tomás Boves
mueren en Cumaná sus hermanos Vicente y Magdalena. No menos de 14
parientes inmediatos perecerán en la Guerra de Independencia. En 1815,
tras combatir bajo las órdenes del general José Francisco Bermúdez en
Maturín, pasa a Margarita y escapando del general Pablo Morillo,
sigue a las Antillas y Cartagena. En esta plaza, con Lino de Pombo de
jefe inmediato, dirige los trabajos de fortificación para la defensa de
la ciudad contra el asedio realista de Pablo Morillo. En diciembre está
en Haití. Cuando regresaba después a Venezuela naufraga en el golfo de
Paria. En 1816, Mariño lo nombra jefe de su Estado Mayor y lo asciende a
coronel. Este mismo jefe lo designa en 1817 comandante de la provincia
de Cumaná. Ese año, después del Congreso de Cariaco
(8 mayo) desconoce la actuación de dicho cuerpo colegiado y la
autoridad de Mariño y se traslada a Guayana, donde se pone bajo las
órdenes de Simón Bolívar.
El 17 de septiembre de ese mismo año recibió de Bolívar la designación
de gobernador de la Antigua Guayana y comandante general del Bajo
Orinoco; y también el encargo de organizar un batallón con el nombre
Orinoco.
Empezaba su carrera de gobierno en la cual desempeñaría todos los
cargos de la Administración civil hasta presidente de la República en
Bolivia. El 7 de octubre de 1817 recibió el nombramiento de jefe de
Estado Mayor de la división de la provincia de Cumaná, bajo las órdenes
del general Bermúdez, nombrado comandante de la citada gran unidad.
Estos nombramientos tenían, además la finalidad de reducir la disidencia
que reinaba en Cumaná. «El general Bermúdez y Vd. van a hacer cosas
grandes en Cumaná y quizás algún día serán llamados los salvadores de su
país», dijo Bolívar a Sucre en aquella ocasión. En agosto de 1819 fue
ascendido a general de brigada por el vicepresidente de Venezuela,
Francisco Antonio Zea; grado que será ratificado por Bolívar el 16 de
febrero de 1820. Viaja a las Antillas comisionado para adquirir material
de guerra; misión que cumple con éxito. Ese mismo año desempeña,
interinamente, la cartera de Guerra y Marina y es jefe titular del
Estado Mayor del General.
El Armisticio de Santa Ana
Monumento de Mariscal Sucre ubicado en la av. 6 de agosto de Cochabamba en Bolivia
Tras la liberación de la Nueva Granada y creada la República de Colombia, Bolívar firma con el general español Pablo Morillo, el 26 de noviembre de 1820, un Armisticio, así como un Tratado de Regularización de la Guerra. Sucre redactó este Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra, considerado por Bolívar como "el más bello monumento de la piedad aplicada a la guerra".
La importancia de los documentos redactados por Sucre, en lo que
significó su primera actuación diplomática, fue la paralización temporal
de las luchas entre los patriotas y los realistas, y el fin de la guerra a muerte iniciada en 1813. El Armisticio de Santa Ana le permitió ganar tiempo a Bolívar para preparar la estrategia de la Batalla de Carabobo,
que aseguró la independencia venezolana. El documento, marcó un hito en
derecho internacional, pues Sucre, fijó mundialmente el trato
humanitario que desde entonces empezaron a recibir los vencidos por los
vencedores en una guerra.6
De esta forma se convirtió en pionero de los derechos humanos. Fue de
tal magnitud la proyección del tratado que Bolívar en una de sus cartas
escribió: "este tratado es digno del alma de Sucre. El Tratado de
Armisticio tenía por objeto suspender las hostilidades para facilitar
las conversaciones entre los dos bandos, con miras a concertar la paz
definitiva". El Armisticio se firmó por seis meses y obligaba a
ambos ejércitos a permanecer en las posiciones que ocupaban en el
momento de su firma "...Por el cual desde ahora en adelante se hará la guerra entre España y Colombia como la hacen los pueblos civilizados".7
Independencia de Ecuador, Perú y Bolivia
Pampa de la Quinua.
Comenzó entonces la campaña de liberación de Ecuador, que tuvo su culminación en la batalla de Pichincha librada el 24 de mayo de 1822. Con esta victoria de Sucre se consolidó la independencia de la Gran Colombia,
se consumó la de Ecuador y quedó el camino listo para la batalla contra
las últimas fuerzas realistas que quedaban en el Perú (país donde José de San Martín
había declarado la Independencia el 28 de julio de 1821). Tras una
reunión en Guayaquil entre Simón Bolívar y San Martín, este último cede
parte de su ejército al primero, y se retira definitivamente de las
batallas de la emancipación hispanoamericana. Así, Sucre llegó y entró
en Lima en 1823, precediendo a Bolívar. El 1 de diciembre de 1823 llegó a Yungay, estableciéndose en él por ser el punto céntrico del acantonamiento. Acomodó en sus inmediaciones a los batallones " Voltígeros de la Guardia" y " Pichincha" a los que la población avitualló y pertrechó hasta ponerlos en condiciones de marchar el 25 de febrero hacia Huánuco. Participó junto a Bolívar el 6 de agosto de 1824 en la batalla de Junín y, el 9 de diciembre del mismo año, venció al virrey José de la Serna en Ayacucho, acción que significó el fin del dominio español en el continente sudamericano. El Parlamento peruano lo nombró Gran Mariscal y General en Jefe de los Ejércitos.8
Al frente de éstos se marchó al Alto Perú,
donde, junto a los líderes libertarios, fundó la República de Bolívar
(después denominada República de Bolivia) en homenaje al Libertador, a
quien encargó la redacción de su Constitución, la cual fue promulgada en
1826 bajo la premisa de ser "la Constitución más liberal del mundo." Al
frente del Gobierno boliviano, Sucre promulgó leyes progresistas;
ejecutó la división política del país de acuerdo a la Constitución
propuesta por Simón Bolívar; impulsó la instrucción pública; organizó el
aparato administrativo; y, encaminó ambiciosos programas para la
recuperación económica. El 18 de abril de 1828, estalló un motín en Chuquisaca.9 El Mariscal
Sucre fue herido de dos balazos. Este incidente ocasionó que el
Mariscal tomara la decisión de abandonar el cargo de Presidente de
Bolivia para evitar rencillas y contribuir a la pacificación de la
República. La Asamblea local lo nombró presidente vitalicio, pero
dimitió en 1828
a raíz de los motines y la presión de los peruanos opuestos a la
independencia boliviana. Se retiró entonces a Ecuador acompañado de su
hija María Teresa y de su esposa, Mariana Carcelén de Guevara y Larrea, Marquesa de Solanda y de Villarocha.
Campaña del Ecuador
El 11 de enero de 1821, en Bogotá, Sucre fue nombrado por Bolívar comandante del Ejército del Sur, en reemplazo del general Manuel Valdés; era la fuerza que, desde 1820,
operaba en Popayán y Pasto. No recibió Sucre el cargo porque razones de
índole estratégica y política hicieron que Bolívar anulase tal
designación y le diese comisión para marchar a Guayaquil, donde reemplazaría al general José Mires
y asumiría la misión que se le había encomendado: la de hacer que la
provincia (la cual se había independizado de los españoles en octubre de
1820) se incorporase a la República de la Gran Colombia y tomar el
mando de las tropas que hubiese en Guayaquil, como pasos previos para la
liberación de Quito,
que era el propósito principal de las operaciones que se ejecutasen. El
6 de abril llegó Sucre a Guayaquil y al presentarse ante la Junta de
Gobierno, expuso la razón de su presencia allí y de la idea de una unión
de la provincia con Colombia. El 15 del mismo mes fue celebrado un
tratado entre Sucre (por Colombia) y José Joaquín de Olmedo, Francisco Roca y Rafael Jimena,
miembros de la Junta. El tratado estipulaba que Guayaquil mantendría su
soberanía, pero bajo la protección de Colombia. En aquella oportunidad
Sucre quedó facultado para abrir la campaña contra los realistas, y con
tal motivo, Guayaquil le ofreció todos los recursos disponibles para
liberar a Quito.
El 19 de agosto de 1821 se da la batalla de Yaguachi
(o de Cone) entre tropas independentistas guayaquileñas de la División
Protectora de Quito y refuerzos grancolombianos, liderados por Sucre
contra las tropas realistas del coronel Francisco González. Sucre vence a los españoles y aseguró la independencia definitiva de la Provincia Libre de Guayaquil.
Las tropas de Sucre tras haber vencido en Yaguachi avanzan hacia Quito, los españoles al mando del mariscal de campo Melchor de Aymerich
los seguían de cerca y tomaron posiciones en un terreno llamado Huachi
donde ya habían derrotado a fuerzas guayaquileñas un año atrás. El 12 de
septiembre de 1821, tras un breve contacto entre ambas fuerzas, los
realistas intentaron huir. El general José Mires permitió a los batallones Albión y Guayaquil perseguir a los realistas, pero estos fueron atacados por la caballería e infantería
realista que dio vuelta y cercó a los batallones patriotas. Con el
ejército patriota en desorden y Sucre herido, los patriotas se volvieron
a Guayaquil, dejando en el campo de batalla a muchos hombres y
pertrechos. Los realistas lograron salvar así Quito del ataque de los
independentistas.
La Batalla del Pichincha
ocurrió el 24 de mayo de 1822, en las faldas del volcán Pichincha, a
más de 3000 metros sobre el nivel del mar, cerca de la ciudad de Quito, en el Ecuador actual. El encuentro, que ocurrió en el contexto de las Guerras de Independencia Hispanoamericana,
enfrentó al ejército independentista bajo el mando del General
Venezolano Antonio José de Sucre y al ejército realista comandado por el
Mariscal de Campo Melchor de Aymerich. La derrota de las fuerzas realistas leales a España condujo a la liberación de Quito
y aseguró la independencia de las provincias que pertenecían a la Real
Audiencia de Quito, también conocida como la Presidencia de Quito, la
jurisdicción administrativa colonial española de la que eventualmente
emergió la República del Ecuador.10
Al amanecer, sin que Sucre lo supiera, los centinelas apostados cerca
de Quito avistaron a las tropas independentistas ascendiendo por las
laderas del Pichincha. Aymerich, entonces consciente de la intención de
Sucre de flanquearlo mediante el ascenso al volcán, ordenó a su ejército
de 1894 hombres subir por la montaña lo más pronto posible, para
oponerse ahí a Sucre.11
Al haberse encontrado en un campo de batalla
tan improbable, los dos comandantes no tuvieron otra opción más que
enviar gradualmente sus tropas a la batalla. Existía poco espacio para
maniobrar en las empinadas laderas del Pichincha, entre profundos
barrancos y densos matorrales. Los hombres del Paya, tras recuperarse de la conmoción inicial, se reposicionaron bajo el fuego enemigo, esperando la llegada del batallón Trujillo. El sobresaltado Sucre, que sólo esperaba que los españoles estuviesen más cansados que sus propias tropas, envió al batallón Yaguachi, conformado por ecuatorianos. El batallón Alto Magdalena trató de hacer un movimiento de flanqueo, pero sin éxito, pues el terreno no se lo permitió. Pronto, los batallones Paya, Trujillo y Yaguachi, sufriendo muchas bajas y con pocas municiones, comenzaron a replegarse.12 Para entonces el destino de la batalla para los Patriotas parecía depender del Albión,
que transportaba las municiones tan necesarias; sin embargo, se
desconocía su paradero. A medida que pasaba el tiempo, los Realistas
parecían ganar el control de la batalla. El Trujillo fue obligado a retroceder, mientras que el batallón peruano Piura huyó antes de enfrentarse al enemigo. En medio de la desesperación, a los hombres de reserva del batallón Paya
se les ordenó cargar contra el enemigo con sus bayonetas. Ambos bandos
sufrieron grandes bajas, pero la situación se estabilizó más o menos
para los Patriotas. A pesar de esto, Aymerich, como parte de su
estrategia, durante el ascenso al Pichincha separó de su fuerza
principal al batallón Aragón, ordenándole avanzar hasta la
cúspide del volcán, para así luego atacar a los Patriotas por la
retaguardia, rompiendo sus líneas en el momento adecuado.13 El Aragón era el mejor batallón del ejército realista; estaba formado por veteranos españoles que habían actuado tanto en la Guerra de la Independencia Española como en otras batallas en América del Sur, y en ese momento estaba más arriba de los Patriotas y listo para atacar. Afortunadamente para los Patriotas, cuando el Aragón iba a cargar sobre la decaída línea Patriota, el Albión les detuvo en seco, al entrar en la batalla de forma imprevista. Así, el Albión consiguió avanzar a una posición más alta que la de los españoles. Pronto se unió a la batalla el Magdalena, y el Aragón, tras sufrir fuertes bajas, se deshizo. Entonces el Magdalena avanzó hasta la línea Patriota para reemplazar al Paya, y cargó contra la línea Realista, que acabó por romperse".14
A pesar de que en el contexto de las Guerras de Independencia de
América la Batalla de Pichincha figura como un conflicto menor, tanto en
términos de su duración como del número de combatientes, sus
consecuencias fueron bastante significativas. El 25 de mayo
de 1822 Sucre entró con su ejército en la ciudad de Quito, donde aceptó
la rendición de todas las tropas españolas establecidas en el
territorio que el gobierno de Colombia llamaba "Departamento de Quito", al considerarlo como parte integral de la República de Colombia desde su creación el 17 de diciembre de 1819.
Cuando Sucre recapturó Cuenca el 21 de febrero, obtuvo de su Consejo
local un decreto en el cual se proclamaba la integración de su ciudad y
provincia a la República de Colombia. Entonces, con la rendición de Quito, que a su vez puso fin a la resistencia Realista en la provincia norteña de Pasto, Bolívar pudo entrar en la ciudad, cosa que finalmente hizo el 16 de junio de 1822. Entre el entusiasmo general de la población, la antigua Provincia de Quito se incorporó a la República de Colombia. Por su parte Guayaquil, que aún no había decido su futuro, con la presencia tanto de Bolívar como del victorioso ejército Grancolombiano en su territorio, proclamó la incorporación de Guayaquil a la Gran Colombia el 13 de julio de 1822.15
La Capitulación de Pichincha
La capitulación de la batalla de Pichincha, óleo sobre lienzo de Antonio Salas.
A las doce del día bajo un sol resplandeciente, los soldados de la
libertad en la cima del Pichincha, a más de 3000 metros de altura,
dieron el grito de victoria. La victoria fue de Sucre, y se completó con
la capitulación que la autoridad patriota concedió al Mariscal Aymerich
el 25 de mayo del mismo año. Con las operaciones cuyas acciones finales
se produjeron en las faldas del Pichincha y en la ciudad de Quito, Sucre decidió a su favor la vacilante y delicada situación de Guayaquil; dio libertad al territorio que conforma hoy la República de Ecuador, y facilitó su incorporación a la Gran Colombia.16
El 18 de junio de ese año, Bolívar le asciende a general de división y
le nombra intendente del departamento de Quito. Al frente de los
destinos de Ecuador desarrolla una positiva obra de progreso: funda la
Corte de Justicia de Cuenca
y en Quito el primer periódico republicano de la época: El Monitor.
Instala en esa ciudad la Sociedad Económica. De su actividad personal es
buena prueba que, el 6 de septiembre
de 1822 expidió y firmó en Quito 52 comunicaciones. Interesado por la
educación puede afirmar que halló en Cuenca 7 escuelas y dejó 20.1718
Perú solicita ayuda a la Gran Colombia
Tras la retirada de José de San Martín, el Congreso Constituyente nombró al presidente de la Junta de Gobierno al general José de La Mar.
Este comprometió buena parte del ejército en campañas ambiciosas que
fracasaron en las batallas de Tarata y Moquegua, dejando al gobierno
peruano en una delicada condición militar. Las derrotas militares y las
pugnas políticas entre los patriotas peruanos debilitaron las fuerzas
independentistas peruanas. El gobierno de Riva Agüero fue presionado por la opinión pública para que solicitara la intervención de Bolívar. El Libertador, que se encontraba en Guayaquil vigilando los acontecimientos en Perú,
envió a las primeras solicitudes peruanas los 6000 hombres que ya tenía
preparados en Ecuador en dos expediciones sucesivas de 3000 hombres,
con el general Sucre al mando de las fuerzas y encargado de negociar con
el Perú los términos en que La Gran Colombia intervendría en la guerra.
La batalla de Junín, fue uno de los últimos enfrentamientos, que sostuvieron los ejércitos realistas e independentistas, en el proceso de la independencia del Perú. La batalla se desarrolló en la pampa de Junín en el actual departamento de Junín, el 6 de agosto de 1824;
la victoria de los independentistas, aumentó la moral de las tropas
independentistas. En 1824 los realistas mantenían en su poder la sierra
central y el Alto Perú (hoy Bolivia). Simón Bolívar, Libertador y Presidente de la Gran Colombia continuó la guerra de emancipación con el Perú.
Bolívar tenía un ejército de 8000 hombres, equivalente en número al
realista, pero las fuerzas realistas estaban dispersas entre el valle del Mantaro y Alto Perú. Esto fue debido a la sublevación en el Alto Perú del General Realista Olañeta que fracturó la defensa del virreinato y obligó al virrey a mandar sobre el Alto Perú parte importante de sus ejércitos, unos 5000 regulares, bajo el mando de Jerónimo Valdez que tenían su base en Puno. Bolívar conocedor de esta ventaja aprovechó la oportunidad para aislar a las solitarias fuerzas realistas situadas en el norte. En junio de 1824, Bolívar enfila su ejército hacia la sierra central del Perú para enfrentarse con el general realista José de Canterac.19
El Ejército Libertador contaba con seis mil gran colombianos y cuatro
mil peruanos que tenían rumbo hacia el sur del continente. En Junín, el
6 de agosto de 1824, chocan ambos ejércitos. No se disparó un sólo
tiro. La lucha fue con espadas y lanzas. Junín se convirtió en una gran victoria para el Libertador. El héroe chileno Bernardo O’Higgins había cruzado las cordilleras para acompañar a Simón Bolívar y a Sucre en aquel decisivo encuentro. Mientras las tropas grancolombianas desembarcaban en el puerto del Callao bajo el mando del general Antonio José de Sucre, el general Andrés de Santa Cruz, que hasta poco tiempo antes había luchado en las filas realistas, llegó a compartir las ideas libertarias de José de San Martín y fue enviado a engrosar las tropas de Sucre, iniciando su marcha hacia el Alto Perú. En agosto de 1823 ingresó en la ciudad de La Paz, y forzado a librar combate, Santa Cruz sale victorioso en la batalla de Zepita contra una división del general Valdéz, el 25 de agosto de 1823.20
El panorama no podía ser más sombrío para los patriotas. La
independencia del Perú no estaba consolidada, ya que el 29 de febrero de
1824 los realistas lograron ocupar nuevamente Lima. Pero esta vez, las
conmociones políticas que vivía España influyeron decididamente para el
fraccionamiento de las tropas españolas en América. El general Pedro Antonio Olañeta, absolutista recalcitrante, se rebeló contra el virrey La Serna, que era de tendencia liberal y constitucionalista,
porque le atribuía a este el deseo de separarse de la monarquía para
liberar a Perú del absolutismo que quería imponer Olañeta. Bolívar,
encontró a los realistas divididos y organizó prontamente un ejército
formado por colombianos. La batalla de Junín del 6 de agosto de 1824
levantó la moral del ejército patriota, fue decisiva en la siguiente batalla de Ayacucho.
El general Sucre, que marchaba al frente de la infantería, cuando llegó
al campo de Junín escuchó los gritos de alegría por el triunfo. Todo el
enfrentamiento duró aproximadamente cuarenta y cinco minutos a una
altura de 4100 metros sobre el nivel del mar. El triunfo en la Pampa de
Junín haría renacer la moral entre el ejército unido. Gracias a las
lanzas de los llaneros Gran colombianos (Colombianos y Venezolanos), que brillaron en los Nevados Andes peruanos.21
"General Sucre... Diga usted Libertador... La oportunidad que yo
esperaba se ha presentado. El general español Pedro Olañeta y su
ejército de cuatro mil hombres desconoce la autoridad del Virrey. Por
mucho tiempo Olañeta ha gobernado el alto Perú y resiente la autoridad
de la Serna. Ya el Virrey no tiene doce mil soldados, como tenía antes,
sino apenas ocho mil, que luchan ahora contra los otros cuatro. ¡Llegó
la hora!." (Diálogo de Bolívar con Sucre antes de la Batalla).
Sucre Jefe Militar Supremo
Al llegar la primera expedición Gran colombiana al puerto de El Callao, Santa Cruz y Gamarra se encontraban en una ofensiva cerca de La Paz con casi todas las fuerzas peruanas. Lima
había sido dejada casi desguarnecida por el ejército peruano, situación
que aprovecho el Brigadier Canterac para organizar un ejército de 8000
hombres en Jauja con el que marchó sobre la capital, entrando en Lima el 18 de junio.
El congreso nombró a Sucre general en jefe, quien contando el 18 de
junio con solo 3700 hombres, evacuó la ciudad para El Callao. En los
días siguientes hubo varios encuentros entre las avanzadas de ambas
fuerzas, incluyendo un sangriento combate en el Carrizal y la Legua el 1 de julio. El 21 de junio el congreso peruano proclamo a Sucre Jefe Supremo Militar.
La Batalla de Ayacucho fue el último gran enfrentamiento dentro de las campañas terrestres de las Guerras de Independencia Hispanoamericana (1809-1826). La batalla se desarrolló en la Pampa de la Quinua en el departamento de Ayacucho, Perú, el 9 de diciembre de 1824. La victoria de los independentistas, significó la desaparición del último virreinato que seguía en pie, el del Perú,
y puso fin al dominio colonial español en Suramérica; se cerraba la
Independencia del Perú (la cual ya había sido declarada en Lima, el 28
de julio de 1821 por José de San Martín). Así finalizaban las batallas
de la independencia del Perú, con una capitulación militar que se transformaría años más tarde en tratado diplomático firmado en París el 14 de agosto de 1879. Antes del inicio de la batalla, el general Antonio José de Sucre arengaba a sus tropas:
"¡Soldados!, de los esfuerzos de hoy depende la suerte de América del
Sur; otro día de gloria va a coronar vuestra admirable constancia.
¡Soldados!: ¡Viva el Libertador! ¡Viva Bolívar, Salvador del Perú!."
Antonio José de Sucre
El dispositivo organizado por Canterac preveía que la división de
vanguardia rodease en solitario la agrupación enemiga cruzando el río
Pampas para sujetarla, mientras el resto del ejército realista descendía
frontalmente desde el cerro Condorcunca, abandonando sus posiciones
defensivas. Sucre se dio cuenta inmediatamente de la arriesgada
maniobra, y con la división de Córdova
acometió directamente a la masa desorganizada de tropas realistas, que
sin poder formarse para la batalla descendían en hileras de las
montañas. Los violentos choques de las formaciones de línea empujaron a
los dispersos tiradores de la división de Villalobos, quienes
arrastraron en su retirada a las masas de milicianos sin que tampoco el
grueso de la división de Monet ni la división de Reserva, que
permanecían en la montaña, tuvieran alguna oportunidad de participar en
la batalla. En el otro extremo, la segunda división de José de La Mar más la tercera división de Jacinto Lara
detuvieron juntas la acometida de los veteranos de la división de
vanguardia de Valdés. La batalla estaba ganada para los
independentistas, el ejército Real del Perú destruido, y el Virrey
herido, fue hecho prisionero. A la una de la tarde, la batalla de
Ayacucho había terminado con el rotundo triunfo del ejército de la
libertad. El telón colonial había caído para siempre en la pampa de la
Quinua, escenario de uno de los momentos estelares de la humanidad. Pero
siguieron sucediéndose los duelos de cortesía y de humanidad". Cuando
el Virrey La Serna, herido y apresado entregó su espada, el General Sucre la rechazó diciéndole: "Honor al vencido. Que continué en manos del Valiente".
Luego, los términos de la Capitulación no pudieron ser más generosos ni
caballerosos. Así se mostró que la nobleza y la hidalguía eran tan
sudamericanas como españolas.
Bolívar convocaba desde Lima al Congreso de Panamá, el 7 de diciembre,
para la unidad de los nuevos países independientes. El proyecto fue
ratificado únicamente por la Gran Colombia. Cuatro años más tarde la Gran Colombia
a causa de una escasa visión institucional y del personalismo de
Bolívar se desmembró siguiendo el proceso desintegrador del movimiento independentista. A raíz de la victoria de Ayacucho, en la que participaron 5.780 soldados,22 el Mariscal Sucre entra triunfante en el Cuzco
y liberta después las provincias del Alto Perú. En 1825 convoca a los
representantes de dichas provincias para reunirse en asamblea, y con la
aquiescencia de Bolívar ésta decide la creación de Bolivia. Es significativa la obra cumplida por el mariscal Sucre en Bolivia,
especialmente en la organización de la Hacienda Pública y de la
administración general. Se empeñó en promover la libertad de los
esclavos y el reparto de tierras a los indios, y sobre todo en beneficio
de la educación y la cultura. Ante el Congreso fue categórico al
declarar que: "Persuadido de que un pueblo no puede ser libre, si la
sociedad que lo compone no conoce sus deberes y sus derechos, he
consagrado un cuidado especial a la educación pública". En el transcurso
de las 13 semanas que van del 3 de febrero al 5 de mayo de 1826, dio a Bolivia
13 decretos referentes a la creación de colegios de ciencias y artes,
más institutos para huérfanos y huérfanas en todos los departamentos, y a
establecer escuelas primarias en todos los cantones de la República. La
historia recoge la cuenta de su orgullo: "La educación pública es lo
que ha hecho más progresos. Los colegios quedan establecidos y marchan
bien en todas las capitales de los departamentos, donde también se han
abierto escuelas de enseñanza mutua que adelantan rápidamente. En 1829
la República requiere sus servicios para mandar el ejército que debe
enfrentar la ofensiva peruana en el sur del Ecuador. Triunfa en la batalla del Portete de Tarqui y ofrece a los vencidos una capitulación que es modelo de generosa fraternidad americanista, fiel a su lema que "Nuestra justicia era la misma antes y después de la batalla".
Su hija Teresita, que vivirá sólo 2 años, nació el 10 de julio de 1829.
En La Paz había nacido un hijo natural suyo y de Rosalía Cortés, José
María, el 13 de enero de 1826. La provincia de Cumaná, permanente afecto lo escogió como su representante al Congreso. En camino a Bogotá tiene conocimiento de la agitación separatista que José Antonio Páez
fomenta en Venezuela. En la difícil circunstancia de 1830, se destaca
en el quehacer político por su consecuencia hacia la persona y la obra
de Bolívar. El Congreso Admirable,
reunido en Bogotá, lo elige su presidente en enero de ese año; en
febrero, el mismo cuerpo le encarga una misión conciliadora ante el
Gobierno de Venezuela que se reune en Cúcuta.
Es el tratado firmado por el jefe de estado mayor José de Canterac y Sucre después de la batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824.Sus principales consecuencias fueron varias:
1.º La Capitulación únicamente del Ejército bajo su mando.
2.º La permanencia Realista en el Callao.
3.º Perú, nace a la vida independiente, con una deuda económica a los países que contribuyeron militarmente a su independencia.
"Don José Canterac, teniente general de los reales ejércitos de S. M.
C., encargado del mando superior del Perú por haber sido herido y
prisionero en la batalla de este día el excelentísimo señor virrey don
José de La Serna, habiendo oído a los señores generales y jefes que se
reunieron después que, el ejército español, llenando en todos sentidos
cuanto ha exigido la reputación de sus armas en la sangrienta jornada de
Ayacucho y en toda la guerra del Perú, ha tenido que ceder el campo a
las tropas independientes; y debiendo conciliar a un tiempo el honor a
los restos de estas fuerzas, con la disminución de los males del país,
he creído conveniente proponer y ajustar con el señor general de
división de la República de Colombia, Antonio José de Sucre, comandante
en jefe del ejército unido libertador del Perú". La Batalla de Ayacucho
fue la última batalla del proceso emancipador. Bajo las órdenes de
Sucre combatió una efectiva representación de la unidad continental en
oficiales provenientes de Venezuela, Colombia, Ecuador, Panamá, Argentina, Perú, Bolivia, Paraguay, Brasil, Chile, Uruguay, Curazao, Puerto Rico, Guatemala y México; además de otros procedentes de distintas naciones de Europa.
Bolívar, quien redactó y publicó en 1825 su "Resumen Sucinto de la Vida del General Sucre",
único trabajo en su género realizado por el Padre de la Patria, no
escatimó elogios ante la hazaña culminante de su fiel lugarteniente:
"La batalla de Ayacucho es la cumbre de la gloria americana, y la
obra del general Sucre. La disposición de ella ha sido perfecta, y su
ejecución divina". Las generaciones venideras esperan la victoria de
Ayacucho para bendecirla y contemplarla sentada en el trono de la
libertad, dictando a los americanos el ejercicio de sus derechos, y el
imperio sagrado de la naturaleza".
"Usted. está llamado a los más altos destinos, y yo preveo que usted es el rival de mi Gloria ".
"El Congreso de Colombia hizo entonces a Sucre General en Jefe, y el
Congreso del Perú le dio el grado de Gran Mariscal de Ayacucho,".
Luego del triunfo de Ayacucho, y siguiendo precisas instrucciones de Bolívar, el general Sucre entró en territorio boliviano el 25 de febrero de 1825.23
Su papel se limitó a dar visos de legalidad a un proceso que los mismos
bolivianos ya habían puesto en marcha. El general Olañeta permaneció en
Potosí, en donde recibió al batallón "Unión" procedente de Puno
al mando del coronel José María Valdez, convocó a un Consejo de Guerra
que acordó continuar la resistencia. Olañeta distribuyó sus tropas entre
la fortaleza de Cotagaita con el batallón "Chichas" al mando de
Medinacelli, Valdez con el "Unión" fue enviado a Chuquisaca y él marchó a
Vitichi, con 60 000 pesos de oro de la Casa de la Moneda de Potosí. En Cochabamba se sublevó, con el Primer Batallón "Fernando VII" el coronel José Martínez; seguido en Vallegrande, por el Segundo Batallón "Fernando VII", deponiendo al brigadier Francisco Aguilera el 12 de febrero. El coronel José Manuel Mercado ocupó Santa Cruz el 14 de febrero,
Chayanta quedó en manos del teniente coronel Pedro Arraya, con los
escuadrones "Santa Victoria" y "Dragones Americanos" y en Chuquisaca el
batallón "Dragones de la Frontera" del coronel Francisco López se
pronunció por los independentistas el 22 de febrero. El coronel Medinacelli con trescientos soldados se sublevó en contra de Olañeta y el 2 de abril de 1825 se enfrentaron en la Batalla del Tumusla
que culminó con la muerte de Olañeta. El 7 de abril, el general José
María Valdez se rindió en Chequelte, ante el general Urdininea, poniendo
fin a la guerra en el Alto Perú.2425
Congreso de Chuquisaca
Fachada de la Casa de la Libertad en (Sucre), donde se reunió 1825, la asamblea de diputados de las cinco provincias altoperuanas convocadas por el mariscal Antonio José de Sucre, para deliberar sobre el destino del Alto Perú.
El 9 de febrero de 1825, el mariscal Antonio José de Sucre y Casimiro Olañeta, abogado de Chuquisaca
y sobrino del mencionado general, convocaron a todas las provincias
altoperuanas para reunirse en un congreso que debía decidir el destino
de la nación.26 Abascal como resultado de la revolución del 25 de mayo de 1809
en Chuquisaca, o sostener con decisión la independencia absoluta del
Alto Perú, no sólo con relación a España, sino también con referencia al
Provincias Unidas del Río de la Plata y al Perú.
Tanto como el gobierno de Buenos Aires y el Perú admitían esta tercera
alternativa, en cambio, Bolívar, si bien no desautorizó públicamente a
Sucre le reprochó en carta privada esta iniciativa, pues entendía que
alentar en ese momento un acto de soberanía de esa naturaleza,
conspiraba contra los intereses de la Gran Colombia, ya que el
territorio de la Real Audiencia de Quito podría pretender el mismo trato que la de Charcas. El Congreso General Constituyente de Buenos Aires, por decreto de 9 de mayo de 1825, declaró que "aunque
las cuatro provincias del Alto Perú, han pertenecido siempre a este
Estado, es la voluntad del congreso general constituyente, que ellas
queden en plena libertad para disponer de su suerte, según crean
convenir a sus intereses y a su felicidad", despejando el camino a la independencia altoperuana.
Convocada nuevamente la Asamblea Deliberante en Chuquisaca por el Mariscal Sucre, el 9 de julio de 1825, y concluida se determinó la completa independencia del Alto Perú, bajo la forma republicana, por soberana de sus hijos. Finalmente, el presidente de la Asamblea José Mariano Serrano, junto a una comisión, redactó el "Acta de la Independencia" que lleva fecha del 6 de agosto de 1825, en honor a la Batalla de Junín ganada por Simón Bolívar.27 La independencia fue declarada por 7 representantes de Charcas, 14 de Potosí, 12 por La Paz, 13 por Cochabamba y 2 por Santa Cruz. El acta de independencia, redactada por el presidente del Congreso, José Mariano Serrano, en su parte expositiva dice en tono vibrante:
El mundo sabe que el Alto Perú ha sido en el continente de América,
el ara donde vertió la primera sangre de los libres y la tierra donde
existe la tumba del último de los tiranos. Los departamentos del Alto
Perú, añade en su parte resolutiva, protestan a la faz de la tierra
entera, que sus resolución irrevocable es gobernarse por sí mismos.28
El Mariscal Sucre es el redentor de los hijos del Sol.
Mediante un decreto se determinó que el nuevo estado llevaría el nombre de "Bolívar", en homenaje al Libertador,
quien a la vez fue designado "Padre de la República y Jefe Supremo del
Estado". Bolívar agradeció estos honores, pero declinó la aceptación de
la Presidencia de la República, para cuyo cargo designó al Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre. Pasado un tiempo se volvió a debatir el nombre de la joven nación, y un diputado potosino llamado Manuel Martín Cruz, dijo que al igual que Rómulo viene Roma de Bolívar vendrá Bolivia.
"Si de Rómulo, Roma; de Bolívar, Bolivia".
Bolívar
al enterarse de esta noticia se sintió halagado con la joven nación.
Bolívar hasta ese momento no aceptaba de buen grado la independencia de
Bolivia, debido a que le preocupaba su futuro, debido a que la situación
geográfica de Bolivia
la sitúa en el centro América del sur, y esto según Bolívar supondría
que sería una nación acosada y que afrontaría futuras guerras,
cuestiones que curiosamente se cumplieron. Bolívar deseaba que Bolivia formara parte de otra nación preferentemente Perú, pero lo que le convenció profundamente fue la actitud de las masas populares. El 18 de agosto, a su llegada a La Paz hubo una manifestación de regocijo popular. La misma escena se repitió cuando el Libertador llegó a Oruro, después a Potosí y finalmente a Chuquisaca. Esta expresión tan ferviente de la población, conmovió a Bolívar, quien llamó su "Hija Predilecta" a la nueva Nación.
El Mariscal Sucre fue quien le dio a Bolivia su primera Constitución
Política en 1826, quien organizó las instituciones estatales y adoptó
como sistema administrativo el modelo francés de los Departamentos en
enero de 1826, que en ese tiempo eran solo cinco, y quien, en resumen,
trabajó afanosamente en el gobierno hasta el desespero cuando, en 1828,
los descontentos capitalinos atentaron contra su vida con móviles mezcla
de desavenencias ideológicas y administrativas, celos y resentimientos,
y en el que estaban involucrados algunos ilustres como Olañeta y
Lemoine. El atentado fue fallido, pero dejó al Mariscal herido en un
brazo y convencido de que más valía marcharse de ese antro de
ingratitud. Pese a haber derramado su sangre por la independencia desde
que era un adolescente de quince años, de haber derrotado al último
Virrey de América en Ayacucho, y al carácter vitalicio de la presidencia
que ejercía, cuando se marchaba de la capital fue abucheado por la
población, incidente en el cual, se cuenta, la Coronela Juana Azurduy de Padilla escupió en la cara a uno de los conspiradores, Casimiro Olañeta, para significar su disgusto con el trato que le daban.
Se marchó a Quito, donde formó familia con la marquesa Mariana Carcelén de Solanda y Villarocha.
La guerra grancolombo-peruana (1828-1829) fue un conflicto armado que enfrentó a la República de Gran Colombia contra la República del Perú por el dominio de Quito (hoy Ecuador) y otras zonas reclamadas por Perú. Se inició con la intervención peruana de Bolivia y culminó con la batalla del Portete de Tarqui y el Tratado de Guayaquil.29 Las relaciones con el Perú habían sido tirantes desde principios de 1827 cuando una revuelta en Lima derrocó al régimen establecido allí por Simón Bolívar antes de su regreso a casa.30
Tras la independencia definitiva del Perú, el país estaba en buena parte bajo el protectorado de la Gran Colombia por órdenes de Simón Bolívar, que controlaba estrechamente sus asuntos. Además, todavía estaba acantonada en Lima la 3ª División del ejército grancolombiano que había colaborado en la independencia. Bolívar hubo de abandonar el Perú en 1826, para intentar solucionar los graves problemas que se planteaban en la Gran Colombia.31
Este hecho fue aprovechado por destacados miembros del gobierno y el
ejército peruano para liberarse de la influencia colombiana, y poder
incluir dentro del territorio nacional a la nueva República de Bolivia (el antiguo Alto Perú), así como el departamento colombiano de Azuay (correspondiente a la actual parte meridional del Ecuador, con capital en Cuenca), y la ciudad de Guayaquil, donde una parte influyente de la burguesía apoyaba su incorporación al Perú. En junio de 1827 las elecciones legislativas proclamaron presidente del Perú al general José de La Mar.32
Monumento a Antonio José de Sucre en el Panteón Nacional de Venezuela.
Mientras tanto, Simón Bolívar estaba convencido de que el Perú estaba dispuesto a promover problemas, con el preciso objetivo de anexarse la República de Bolivia, Guayaquil
y posiblemente, más territorio grancolombiano. Existían también
desacuerdos concretos en cuanto a cuestiones fronterizas entre los dos
países, el pago de 7 595 747 pesos, como deuda por la guerra de la
emancipación, y la entrega de los territorios peruanos de Tumbes, Jaén y
Maynas. Las negociaciones diplomáticas con Bolívar fracasaron, y el 3
de julio de 1828 la Gran Colombia le declaró la guerra al Perú. El 28 de noviembre de 1828 La Mar penetró en territorio grancolombiano y ocupó gran parte del departamento de Azuay, La Mar ocupó también Guayaquil, evacuada por el almirante general grancolombiano Juan Illingworth Hunt a la espera de refuerzos.33 Tras el bloqueo de Guayaquil, el Perú había ganado la guerra en el mar.34
Ante la situación, el mariscal Sucre, entonces ya de vuelta a Quito tras renunciar a la presidencia boliviana, concentró el ejército del Sur de la Gran Colombia cerca de Cuenca para presionar a las tropas peruanas, que había sido ocupada el 10 de febrero de 1829. Después de un breve encuentro cerca de la población de Saraguro, donde la vanguardia grancolombiana derrotó a un destacamento peruano, el 27 de febrero tuvo lugar el encuentro principal entre los dos ejércitos. Al ejército peruano lo integraban 5000 soldados35 y al grancolombiano, 4200.36
La batalla de Tarqui
La batalla del Portete de Tarqui se libró el 27 de febrero de 1829 en el llamado Portete de Tarqui, a pocos kilómetros de Cuenca, entre tropas de la Gran Colombia, comandadas por Antonio José de Sucre, y tropas peruanas comandadas por José de La Mar. El combate duró media hora, donde el ejército colombiano batió a la vanguardia peruana de 1000 hombres.37
La victoria grancolombiana se debió en buena parte al enfrentamiento
por separado contra cada batallón del ejército peruano, que en ningún
momento actuó de forma unitaria y dejó sus batallones aislados los unos
de los otros. El resultado de la batalla hizo que el general La Mar
dispusiera el repliegue estratégico del ejército hacia Girón.
Sucre, no satisfecho con este resultado, envía a un oficial de Estado
Mayor, con el objeto de negociar con La Mar, siendo aceptado por el
presidente peruano y el 1 de marzo, en el campo de Girón, se firma el convenio de Girón que es ratificado por los generales Flores y O' Leary, por parte de la Gran Colombia y Gamarra y Orbegoso, por parte del Perú.38
El convenio de Girón y el tratado de Guayaquil
De acuerdo al convenio de Girón, las fuerzas peruanas se habrían de
retirar de la provincia del Azuay y abandonar todas las plazas ocupadas.
Si bien las fuerzas peruanas se retiraron La Mar se negó a entregar
Guayaquil y, de hecho, se preparaba para iniciar una nueva ofensiva. Sin
embargo, la guerra acabó inesperadamente con un golpe de estado por
parte de Agustín Gamarra y otros jefes peruanos en Lima que derrocó a La Mar. El nuevo gobierno cesó las hostilidades y entregó Guayaquil el 20 de julio. El 22 de septiembre de 1829 se firmó un tratado de paz en Guayaquil, donde se estableció:
Se reconocen por límites los mismos que tenían antes de su
independencia los antiguos Virreinatos de Nueva Granada y el Perú, con
las variaciones que juzguen convenientes acordar entre sí.
Se debería nombrar una Comisión de dos personas por cada República
para que recorrieran, rectificaran y fijasen la línea divisoria,
trabajos que se debían iniciar 40 días más tarde de haber sido
ratificado el tratado por ambos países. El trazo de la línea comenzaría
en el río Tumbes.39
El Perú conservaba Tumbes, Jaén y Maynas y la Gran Colombia conservaba Guayaquil. Es decir, se mantuvo el statu previo al estallido de la guerra.40
La Gran Colombia
Mapa de la Gran Colombia. El Mariscal Sucre compartía la visión política de Bolívar y la unidad de la "Patria Grande".
Después de que Sucre acudiera en ayuda de la Gran Colombia, marchó a Bogotá
en un momento en que el país se encontraba ya en proceso de
desintegración, fundamentalmente por movimientos separatistas como el de
la Cosiata en su natal Venezuela.41 En la reforma constitucional de 1830 en la Gran Colombia,
sus enemigos logran poner la norma que para ser presidente o
vicepresidente se debían tener 40 años (Sucre tenía 35). Y también es
muy probable que esto haya sido la causa de su asesinato. Con Sucre
vivo, continuaría la visión política de Bolívar y la unidad de la Gran
Colombia. Simón Bolívar, el cual describió la grandeza de Sucre con una
biografía en la cual quedan plasmadas citas como ésta:
El General Sucre es el Padre de Ayacucho: es el redentor de los hijos
del Sol; es el que ha roto las cadenas con que envolvió Pizarro el
imperio de los Incas. La posteridad representará a Sucre con un pie en
el Pichincha y el otro en el Potosí, llevando en sus manos la cuna de
Manco-Capac y contemplando las cadenas del Perú rotas por su espada.42
Sucre era conocido en el ejército con los apodos de “Mulei” o “Mulengue”, alusión que hizo el general Luis Urdaneta,
cuando escribe a Juan José Flores desde Tocaima 19 días antes del
asesinato: “... A García, el diputado por Cuenca, le instruí de todo lo
que debía decir a Ud. y ahora le añado que es preciso que Ud. redoble su
vigilancia con el M...” Tres días antes de su muerte, el periódico "El
Demócrata" de Bogotá publicó el siguiente artículo: “Acabamos de saber
con asombro, por cartas que hemos recibido por el correo del Sur, que el
general Antonio José de Sucre ha salido de Bogotá... Las Cartas del Sur
aseguran también que ya este general marchaba sobre la provincia de
Pasto para atacarla; pero el valeroso general José María Obando,
amigo y sostenedor firme del Gobierno y de la libertad, corría
igualmente al encuentro de aquel caudillo y en auxilio de los
invencibles pastusos. Puede que Obando haga con Sucre lo que no hicimos
con Bolívar...”
Como se ve, el asesinato de Sucre fue como una “Crónica de una muerte
anunciada”, ya que el mismo fue planificado y ejecutado en las Montañas
de Berruecos- Arboleda (Nariño) cerca de Nariño el 4 de junio
de 1830 con alevosía, ensañamiento, ventaja y premeditación, allí
permaneció su cadáver por más de 24 horas hasta que los pobladores de
las localidades cercanas le dieran cristiana sepultura. Si el mariscal
se hubiese ido por Buenaventura, allí lo esperaba el general Pedro
Murgueitio para darle muerte; si optaba por la vía de Panamá lo acechaba
el general Tomás Herrera, y desde Neiva lo vigilaba el general José Hilario López.
El Libertador, que rara vez se equivocaba en sus sentencias, exclamó:
“...Yo pienso que la mira de este crimen ha sido privar a la patria de
un sucesor mío...” Bolívar que estaba enfermo en la costa del Atlántico, al conocer el luctuoso suceso, exclamó: "¡Santo Dios! ¡Se ha derramado la sangre de Abel!... La bala cruel que le hirió el corazón, mató a Colombia y me quitó la vida".
Durante mucho tiempo se corrió la noticia que fue el general Juan José Flores,
compatriota y compañero de gestas independentistas quien había ideado
el crimen, debido a la simpatía del pueblo quiteño al Mariscal y la
posibilidad de éste, al radicarse en Quito con su esposa, la quiteña Mariana de Carcelén (Marquesa de Solanda y de Villarocha) y su hija, de convertirse en el primer presidente del Ecuador – como ocupó las presidencias de Bolivia y Perú –, cargo que ocupó Flores desde 1830. Simón Bolívar
le escribe una carta a la viuda del Gran Mariscal de Ayacucho Antonio
José de Sucre, doña Mariana Carcelén, agradeciéndole el ofrecimiento de
conservar la espada de su esposo el 5 de noviembre de 1830.
De esta manera la Marquesa de Solanda cumplió con una de las cláusulas
del testamento de Sucre, sin embargo Bolívar en su propio testamento
ordenó que la espada del prócer cumanés fuese devuelta a su esposa Doña Mariana Carcelén. Los restos mortales del Mariscal Sucre fueron llevados a Quito por su esposa, la marquesa de Solanda, y mantenidos en secreto en el Palacio de El Deán,
una propiedad familiar ubicada en el Valle de los Chillos, en las
afueras de Quito. En 1832 y cumpliendo la voluntad de Sucre, que deseaba
ser enterrado en la capital ecuatoriana, son depositados en secreto en
el Convento del Carmen Bajo.
En 1900, durante la presidencia del general Eloy Alfaro, fueron llevados a la Catedral Metropolitana de Quito,
donde ocupa una capilla. Una anciana religiosa, que había escuchado de
sus antecesoras la historia, relató al arzobispo de Quito, Federico
Gonzáles Suárez, que la Marquesa de Solanda visitaba siempre el altar en
donde fueron colocados los restos. Alertado el Gobierno, una junta
médica reconoció el esqueleto encontrado, y lo identificó por las
heridas de bala en el cráneo y en brazo, producto del crimen de
Berruecos y la revuelta en Bolivia. (Sin embargo no existe consenso
respecto al paradero de los restos del Gran Mariscal ya que a inicios
del siglo XX, la primera mujer que ingresó a la Academia de Historia de
Venezuela, Lucila Luciani afirmó en "Maravillosa historia de unos
restos" la imposibilidad de que los restos del gran mariscal Antonio
José Sucre estuvieran en Ecuador y desglosa una serie de argumentos para
afirmar que los restos aún estarían en Colombia.)
El catafalco que contiene los restos del Gran Mariscal, está hecho de
andesita del volcán Pichincha, y el mausoleo está decorado con
alegorías de la Independencia, La Libertad y la Victoria. El Gobierno
venezolano donó una réplica de la espada del Libertador, que se
encuentra en la pared del mausoleo. Periódicamente, la Guardia de Granaderos de Tarqui, que custodia el cercano Palacio de Gobierno, rinde honores a los héroes.
En su honor fue bautizada una ciudad de Bolivia, el estado donde nació y varios municipios en Venezuela, un departamento de Colombia, el aeropuerto internacional y varios barrios de la ciudad de Quito y la moneda antigua del Ecuador.
"El dolor de la más penosa despedida. No son palabras las que pueden
fácilmente explicar los sentimientos de mi alma respecto a Vd.: Vd. los
conoce, pues me conoce mucho tiempo y sabe que no es su poder, sino su
amistad la que me ha inspirado el más tierno afecto a su persona. Lo
conservaré, cualquiera que sea la suerte que nos quepa, y me lisonjeo
que Vd. me conservará siempre el aprecio que me ha dispensado. Sabré en
todas circunstancias merecerlo. Adiós, mi general, reciba Vd. por gaje
de mi amistad las lágrimas que en este momento me hace verter la
ausencia de Vd. Sea Vd. feliz en todas partes y en todas partes cuente
con los servicios y con la gratitud de su más fiel y apasionado amigo".
Andrade Reimers, Luis, “Sucre Soldado y Patriota”: Homenaje de la Presidencia de la República, Caracas, 1995.
Arrechea Rodríguez, Elio, “General José Antonio Anzoátegui”, en
“Próceres y Batallas de la Independencia en la América Bolivariana”,
Cardenal Ediciones, S. A. Caracas, 1983. ISBN 84-399-8594-0.
Ayala Mora, Enrique (Ed.), “Nueva Historia del Ecuador”, Corporación Editora Nacional, Vol. 6, Quito, 1983/1989. ISBN 9978-84-008-7.
Basadre Grohmann, Jorge, “Historia de la República del Perú”, Diario La República, Lima, 8ª edición. ISBN 9972-205-62-2.
Bencomo Barrios, Héctor, “Batalla de Ayacucho”, en “Diccionario
Multimedia de Historia de Venezuela”, Fundación Polar, Caracas, 1995.
Biblioteca Nacional de Venezuela, Universidad Central de Venezuela y
Senado de la República, “Sucre época épica 1795 – 1995”, Biblioteca
Nacional de Venezuela, Caracas, 1995.
Boulton, Alfredo, “Miranda, Bolívar y Sucre. Tres estudios
icnográficos”, Biblioteca de autores y temas mirandinos, Caracas, 1980.
Caldera, Rafael. Los Causahabientes: De Carabobo a Puntofijo, Editorial Panapo, 1999. ISBN 980-366-237-6.
Cova, J. A., “Sucre ciudadano de América”, Homenaje de la Presidencia de la República, Caracas, 1995.
Klein, Marvin, (editor), “Documentos en honor del Gran Mariscal de
Ayacucho Antonio José de Sucre”, Presidencia de la República y Banco
Provincial, Caracas, 1995.
Larrea Alba, Luis, “Sucre alto conductor político militar”, Homenaje de la Presidencia de la República, Caracas, 1995.
Lecuna, Vicente, “Documentos referentes a la creación de Bolivia”,
Comisión Nacional del Bicentenario del Gran Mariscal Sucre (1795-1995),
Caracas, 1995.
Liévano Aguirre, Indalecio, “Bolívar”, Ediciones “Cultura Hispánica” del Instituto de Cooperación Iberoamericana, Madrid, 1983. ISBN 84-7232-311-0.
Liévano Aguirre, Indalecio, “Bolívar”, Ediciones de la Presidencia
de la República y Academia Nacional de la Historia, Caracas, 1988. 576
p. ISBN 980-300-035-X.
Mangin, Charles, “La independencia de la América del Sur y la batalla de Ayacucho”, Revista Bolívar. 1(1):29-45, 1982.
Méndez Salcedo, Ildefonso, “Asesinato de Antonio José de Sucre” en
“Diccionario Multimedia de Historia de Venezuela”, Fundación Polar,
Caracas, 1995.
Oropesa, Juan, “Sucre”, Homenaje de la Presidencia de la República, Caracas, 1995.
Pinilla, Sabino, “La cremación de Bolivia”, Comisión Nacional Bicentenario del Gran Mariscal Sucre, Caracas, 1995.
Romero Martínez, Vinicio, “Mis mejores amigos. 110 biografías de venezolanos ilustres”, Editorial Larense, C. A. Caracas, 1987. ISBN 980-211-120-1.
Rumazo González, Alfonso, “Sucre. Biografía del Gran Mariscal”, Homenaje de la Presidencia de la República, Caracas, 1995.
Salcedo Bastardo, José Luis, “Antonio José de Sucre” en “Diccionario
Multimedia de Historia de Venezuela”, Fundación Polar, Caracas, 1995.
Silva Aristeguieta, Alberto, "Antonio José de Sucre", Biblioteca Biográfica Venezolana, El Nacional, Caracas, 2005. ISBN 980-6915-68-2
Sucre, Antonio José, “De mi propia mano”, Fundación Biblioteca Ayacucho, Caracas, 1981.
Sucre, Antonio José, “Parte oficial de la jornada de Ayacucho”, 1982.
Varios autores, “Historia del Ecuador”, Salvat Editores (Eds.), Vol. 5, Quito, 1980. ISBN 84-345-4065-7.
Velásquez, Ramón José, “Los pasos de los héroes”, Edición Especial Homenaje del IPASME al autor, Caracas, 1988. ISBN 980-6122-01-1.
cifras mínimas que efectivamente batallaron, no se toman las cifras máximas al comenzar la campaña, "Sucre commanded 5.780 men (4.500 men from Gran Colombia, 1.200 from Peru, and 80 from Río de la Plata) and 2 cannon." Robert L. Scheina (2003). Latin America's Wars: The Age of the Caudillo, 1791-1899.Vol 1. pp68. United States: Brassey's Inc. ISBN 1-57488-499-2.